La cocina, de los hombres

El concepto machista de que la cocina es el lugar de la casa destinado a las mujeres va perdiendo fuerza a medida que más hombres se interesan en el arte culinario.
La cocina, como cualquier actividad creativa, no tiene limitaciones de género. Muchos hombres han encontrado que no solo les gusta cocinar, sino que son buenos.



La figura de la mujer sigue predominando en las publicidades de productos alimenticios.

Esta publicidad de Fargo es un ejemplo de cómo muestran la mayoría de estos anuncios el rol de la mujer dentro del hogar. Una clara imagen de que ellas son las que siempre cocinan, las que deben tener la comida lista para el resto y que además sienten esta actividad como una relajación o placer.




Este es un ejemplo de que los hombres si pueden cocinar, incluso les gusta y lo hacen en sus hogares con frecuencia.

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