Semanas
atrás, la declaración del titular del Gremio UTA[1]
Rosario –Miguel Cornejo- en torno a las capacidades de las mujeres para
conducir colectivos generó un vendaval de indignaciones.
Cornejo
sostuvo, muy suelto de lengua, que el “cuerpo de las mujeres” no estaba
preparado para conducir un vehículo de gran porte como es un colectivo. Lo hizo
en el marco de un reclamo realizado por aspirantes mujeres a obtener empleo
como choferes en alguna de las empresas de transporte urbano del municipio.
Los dichos
de Cornejo -que fueron reproducidos por todos los medios locales y por muchos
nacionales, circularon por las redes y desataron respuestas indignadas de todos
los colectivos feministas de la ciudad y del país- constituyen una buena
oportunidad para realizar un repaso por las propuestas comunicacionales que
están haciendo las marcas de la industria automotriz.
Como
hemos visto a lo largo del tiempo, las mujeres no suelen ser protagonistas de
avisos de este rubro y, en general aparecen como acompañantes, objeto a seducir
con la ayuda del instrumento automóvil o directamente no aparecen.
Ocasionalmente aparecían conductoras expertas que constituían la cuota
“Pitufina” del rubro, esa que exalta a aquella mujer única, diferente,
¡excepcional!, que es capaz de destacarse en un mundo de hombres. Como ejemplo
de este tratamiento podemos señalar el aviso de Toyota protagonizado por
Ricardo Darín y Iannina Zannazzi
Ahora
bien, sabemos que la creciente movilización feminista ha irrumpido en la escena
contemporánea para poner en crisis todos los mandatos, todos los estereotipos.
¿Cómo está reaccionando la industria automotriz, tan tradicionalmente machista,
frente a los avances de la cuarta ola feminista?
Con el concepto
“Los mandatos fueron hechos para
romperse”, Ford Ranger presentó una propuesta disruptiva, con un spot en el
que aparece una mujer joven manejando su tradicional camioneta muy asociada al imaginario de la
masculinidad agropecuaria.
Peugeot
208 por su parte, propuso una protagonista mujer de belleza no hegemónica,
donde el auto constituye un medio para
disfrutar la nocturnidad y la libertad: por supuesto jóven.
Aparentemente
equitativo, Citroen cuenta la historia de una pareja que disfruta de la
tecnología de su automóvil por partes
iguales; incluso es ella quien comienza conduciendo. Una observación más atenta
sin embargo, nos permite observar un uso diferenciado de las funciones
tecnológicas: así, mientras la mujer requiere la asistencia tecnológica que
le brinda el vehículo para controlar funciones básicas para cualquiera que
conduzca -¡como cambiarse de carril!-, su compañero las emplea para realizar
maniobras que revisten ciertos riesgos.
Volkswagen,
presenta Polo, un auto “indiscutible” como ciertos mandatos. Aparentemente democrático, el comercial acepta que aquello que se desea es subjetivo: siempre y cuando responda a la heteronorma y al deseo masculino. Dentro de esos
parámetros está permitido querer “tenerlo todo”: viajes, amigos, esposa,
aventuras… Por fuera de ellos, ni siquiera un auto.
Hilux,
haciendo gala de amplitud de intereses y caracteres para empatizar con sus públicos
incluye a ¡una mujer! entre los protagonistas del comercial. Porque los hombres
que manejan pickups pueden ser variados, pueden tener diferentes edades,
actividades y personalidades, pero la cuota mujer se cumple sólo con una. Como
si fuera poco, el concepto central del aviso es una gran compañera (no se
atreven a decir “como todo hombre quiere tener”, pero la intención subyace)
Para el
final, dejamos a Trollerantes, el spot que promociona Chevrolet Trucker, que
continúa la línea argumental comenzada en 2017 con Meritócratas (https://youtu.be/Ov9x5naV3ok) y su
reivindicación del individualismo. No
solo tenemos derecho a disfrutar de los bienes conseguidos gracias a nuestros
talentos y esfuerzos individuales (tal era el concepto de Meritócratas) sino
que además tenemos derecho a que nada, ni nadie los altere. Por eso debemos
cuidarnos de todos y todas: porque en cada persona con la que nos cruzamos hay
un potencial intolerante. Sobre todo, sostiene solapadamente Chevrolet, si se
trata de feministas alertas.
Volvamos al principio. Los dichos del Sr. Cornejo constituyen
una afrenta, una provocación antes que una exhibición de ignorancia. Pero no
son las únicas. Las publicidades de la industria automotriz continúan sosteniendo
imaginarios discutibles. Más disimulados, pero no menos sexistas.
[1] UTA: Unión Tranviarios Automotor.
Entidad gremial que representa los intereses de los trabajadores de transporte colectivo
urbano e interurbano de pasajeros de la República Argentina.
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